Es cierto. Nos desespera. Por momentos hace unas jugadas de crack que nos llenan de motivación. Luego, de un sopetón, se equivoca tan feo, que hasta el más paciente seguidor termina embebido por la bronca recalcitrante de ver a Elíser Quiñónes cometiendo tales equivocaciones.
Elíser, el buen y querido Elíser. En estos momentos como extremo zurdo 100% natural solo lo tenemos a él. Muchos coincidimos en que su mejor partido con Millos se lo vimos en Bogotá el año pasado contra el América, cuando se despachó un soberbio golazo en el segundo tiempo.
Así lo quisiéramos ver siempre. Ese es el jugador que cambiaría los vituperios por un poco de clamor popular. ¿Qué tal si en lugar de criticarlo tanto, alabamos sus virtudes? Porque en verdad las tiene, así cueste reconocerlas.
Amor propio: A muchos les parecerá perogrullada porque se supone que eso hace parte de un jugador profesional. Algo que, con todo el respeto, no es verdad absoluta. Más de un futbolista solo se rinde ante el poder del dinero, ejerciendo esto como un trabajo normal. De típicos oficinistas que trabajan de 8:00 a.m. a 4:00 p.m.
Apoyo defensivo: Nunca dejen de reconocer que el gran Elíser se ensucia el uniforme siempre. Felipe Banguero siempre tiene el respaldo suyo cuando sale al ataque. Esto es algo que todo extremo debe tener y él lo cumple, así que no le demos tan duro y más bien reconozcamos sus bondades.
Hambre de gol: Que vaya y se equivoque en las decisiones correctas, como disparar cuando la jugada pedía un pase, se acepta. Elíser siempre tiene esa vocación de buscar el gol y sus remates son fuertes. Claro, le faltará puntería, mas no atrevimiento. Arriesgarse es de valientes y él lo hace.
Elíser, quédese tranquilo porque de nuestro lado (y esperamos que muchos nos copien la idea) no habrá regaños. Usted es un jugador de Millonarios y como tal merece el apoyo a ultranza en cualquier momento. Además, estuvo en la nómina del título y a quienes fueron campeones se les abona un pequeño tributo.
¡Ánimo!
